Lilít todavía se entristece al recordar su juventud con mamá butaca, papá butaca y sus seis hermanas sillítas. Trabajaban en casa de una familia numerosa, en turnos de mediodía y noche. Pero las costumbres fueron cambiando y poco a poco,el comedor se fue quedando vacío. Entonces, a mamá y a papá butaca les trasladaron al salón y a las sillitas las repartieron por las habitaciones. Con tan mala suerte que a Lilit le tocó el cuarto de jugar y lo que ocurrió después estaba escrito. Un crío le rompió una pata. Arrinconada, esperó días y días, pero el carpintero nunca vino. Nadie le llamó. La tata decidió que aquella silla rota molestaba en la habitación y la subió al camarote.
Cuando su historia llegó a oídos de VIPets, el equipo se quedó impresionado y decidió tomar cartas en el asunto.
Lilit con Sagutxu |
Lilít llegó al taller en muy malas condiciones y por un tiempo se temió por su recuperación. Tenía una pata rota por dos sitios y las otras tres también presentaban serios desperfectos pero afortunadamente, el respaldo estaba intacto. Y hubo que cortar por lo sano.
Tengo el gusto de presentaros a Lilít, la nueva Lilít. Está loca de contenta con su nuevo look. Ni en sus mejores sueños se veía transformada en camita para mascotas. Y os hará ilusión saber que VIPets está en tratos para reunir a toda su familia.
Por respeto a Lilit no hemos publicado las fotos de su llegada.
Por respeto a Lilit no hemos publicado las fotos de su llegada.
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