Making of camitas

Estamos en el taller de Jacobo, nos solemos colar de vez en cuando pues nos encanta ver como se van conformando las camitas. Tenemos  permiso para hacer unas fotos, no demasiadas. No le gusta que las veamos a medio hacer. Lo entendemos.
No se trata de mostrar el antes y el después, simplemente recogemos pequeños momentos del proceso de creación. Sentimos un profundo respeto  por estas pequeñas obras de arte, pues de alguna manera , forman parte de nuestra vida, casi nada.


Las podéis ver todas guapas en la página de INICIO, pestañas: -300€   -500€   +500€. Y agrupadas bajo la etiqueta " camitas nuevas".




¿La reconoceis? Por supuesto, es la chica Royale, poco antes de que le empezaran a poner todos sus dorados y abalorios.La elección de la tela de cebra es obra de la tía Mer y tengo que decir que estoy muy orgullosa. 





Ay¡ que guerra dió, pero los respaldos tapizados eran una apuesta segura de éxito. El atrevido acabado teja ha gustado mucho y ha generado una serie de encargos. Pues que viva el teja. Sua es nuestra probadora oficial de camitas. Todavía no ha encontrado una que no le venga bien. Y si la salamandra está encendida, mejor que mejor. Pero lo que a ella realmente le gusta es su remolque en la época de caza. Nobleza obliga.


Desde el principio se intuía que esta camita iba a ser especial.La arriesgada decisión de tintar las tallas de  madera de castaño, tuvo un resultado espectacular. La combinación de tonos es simplemente , original. Ahora se llama Greta.


Es una pena que no tengamos fotos de Géminis en sus comienzos. Se partió de un aparador que ya no podía con su alma. Una vez separados todos los elementos aprovechables, el restaurador se dió cuenta de que había madera para una camita doble, algo que venían pidiendo nuestros clientes.   Dicho y hecho.



Aunque no se aprecia a primera vista, estamos ante una King size. Gabá la visita regularmente, tiene un imán especial para él y cuando viene Mendi a visitarle, la comparten. Prometo foto. Se llama Sultana.
                                                                                                                                         Si alguna camita nos va a dar pena ver marchar, sin duda Leti, Leticia va a ser una de ellas. Es mirarla y sonreir.Con su aspecto ñoño, nos tiene a todos enamorados. La costurera decidió vestirla muy abrigadita, con su edredón forrado de polar y colchón auténtico de lana. Primero tuvo un acabado rosita palo, pero no nos convencía. Volvió al taller y Jacobo apostó por un violeta. Bingo.





Un cliente nos trajo  esta cama convencional                    y nos pidió transformarla en un parque para una camada de caniches a punto de nacer.Con mucho gusto. Ahora tiene ruedas y un color verde muy alegre. Y una madre caniche felíz y unos cachorritos enfadados porque no se pueden escapar. Se llama Irene. 


Esta es Marina, en honor a su color. El cabecero es de cuero repujado con tachuelas de bronce. Un lujo. Tiene un tamaño perfecto para los primeros meses de un bebé. Me la imagino en el salón junto al sofá y a sus felices padres intentando recuperar el tiempo perdido.

Si hay una camita que merezca el calificativo de obra de arte, sin duda es Triana. Cuando ví el montón de piezas que el diseñador había seleccionado para su nuevo modelo, me dí la media vuelta y salí de puntillas del taller. No quise que se me notase la cara de incredulidad. Pues no os cuanto la cara que se me quedó cuando la vi acabada.

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