lunes, 1 de abril de 2013

haberlas, haylas

procesiones chungas, doy fé.Pero  no voy a dar nombres por respeto a las  personas con devoción que allí podía haber. Que desastre, que falta de organización, de espiritu religioso e incluso me atrevo a decir , de sentido del ridículo.
 Por culpa de una lluvia anunciada, se tomó la decisión de reducir el recorrido a una simple vuelta a la manzana.  Los costaleros, en el ánimo de alargar la procesión al máximo, se fueron quedando rezagados, mientras el resto de la comitiva llegaba a destino.  Y ahí empezó el lio. Voy a ser breve porque el esperón duró hora y media. Los cofrades quitándose el capirote para echar un cigarrito o un chicle en su defecto; las cofradas con los móviles llamando a casa para que fueran bañando y dando de cenar a los peques,que su madre y su peineta tenían todavía para rato. Y entre llamadita y llamadita, fotito con las colegas para el albúm familiar. De los militares, que os voy a decir. Aguantaron el tipo  y las condecoraciones como pudieron. La banda ya no sabía que más tocar y el público, o sea, menda y otros cientos de  "apuchurraos", la verdad es que tampoco nos portamos muy bien, fatal diría yo. Raja que te raja, haciendo broma de todo lo que se movía. 
De repente se hizo el silencio. Se acabaron los cigarritos, las llamaditas y las chirigotas. "El Paso"se estaba acercando. Y volvió la compostura, el fervor, el nudo en la garganta. Y la lluvia, que no se quiso perder tan solemne momento.  

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