Hoy las noticias no son tan buenas, la herida se le infectó y la pareja de madrileños decidió llevarle a la consulta de Marcelo, un veterinario de Castrojeríz, donde quedó a su cargo. Ha sido el propio Marcelo el que me ha llamado. Le ha puesto un tratamiento con antibióticos y me insiste en que esté tranquila. Tengo su teléfono particular para que le llame cuantas veces quiera, que entiende mi angustia. Que gran tipo. Por lo menos sé que Gabá está en buenas manos, no me cabe la menor duda.
La casa está vacía sin él. Su hermana lo está llevando la que peor. Nunca antes se habían separado y le busca constantemente. He tenido que quitar la cama de Gabá del salón pues no soporto su ausencia.
He decidido esperar a mañana para tomar decisiones, pero mucho me temo que la aventura de mi rey tiene los días contados.
He decidido esperar a mañana para tomar decisiones, pero mucho me temo que la aventura de mi rey tiene los días contados.
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