martes, 21 de enero de 2014

Que sean dos

 Hace tiempo que lo ví por primera vez y me quedé pasmada , pero no escribi al respecto. Ayer lo volví a ver y ya no me aguanto sin comentarlo.
Que la estupidez humana no tiene límites, no es ninguna novedad. Chefs de cocina presentando  pastelitos rellenos de humo de puro habano y una corte de "entendidos" poniendo cara de "que ricos";  fabricantes de artilugios para reducir grasas, arrugas y demás casquería, forrándose;  diseñadores de ropas imposibles que se tienen que estar cayendo de la silla de la risa que les produce ver que se las quitan de las manos y  aquí viene el plato fuerte, los arquitectos, no todos , para que no me digáis que generalizo.
Son muchísimos los esperpentos a los que nos tienen acostumbrados, como bilbaína podría escribir un libro, pero me voy a referir a la última guarrada, no llega a diseño: el dormitorio con vistas al cuarto de baño, tambien llamado  váter. Quince horas de avión, cuarenta y cinco minutos de avioneta, hotel ressort en el culo del mundo y cuando por fin llegas a la mega suite de la muerte, con unas ganas de mear y/o lo otro como está mandado...................que te encuentras? Que un descerebrado se ha cebado con la inocencia de un inversor local y le ha encalomado lo último en hoteles sin encanto: no solo oler y oir lo que hace el contrario o la contraria, sino tambien poder ver como lo hace. Sin palabras.
A lo mejor la torpe soy yo y no alcanzo a captar la esencia del asunto. Favorecerá  la relación con tu pareja, por aquello de no ocultarse nada? Romperá el hielo en el caso de ser un encuentro casual? Dará gustirrinin?
En cualquiera de los casos, la guarrada es mejorable: ya puestos, que sean dos, los inodoros, uno enfrente del otro. Y dejo el resto a  vuestra imaginación, que esto se está poniendo un pelín escatológico. 


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